Por Ari Gloger, voluntario de CADENA Chile y encargado de Alianzas Estratégicas y Fundraising.
Es difícil de explicar, lo que es participar en una misión de ayuda Mano a Mano. He estado en el Cajón del Maipo entregando ropa y comida a personas en condiciones precarias para ayudarlas a pasar de mejor manera el frío invierno; y, en la frontera de Colombia con Venezuela, entregando filtros de agua y lámparas solares a miles de venezolanos desplazados por la crisis humanitaria de su país. En ambos casos, los voluntarios nos encontramos con historias de personas que luchan, día a día, por salir adelante.
Estas vidas ocurren de manera paralela a las nuestras y son muchas veces invisibles en nuestra sociedad consumista. Me llena de satisfacción saber que estamos mejorando la vida de estas personas. Sí, ayudamos con bienes materiales —efectivos en la solución de problemas cotidianos—pero, sobre todo por medio de la interacción humana. Porque un corazón abierto, unos oídos dispuestos a escuchar, y unos brazos extendidos en un abrazo son muchos más valiosos que cualquier bien material.
Es nuestro deber moral hacernos cargo de situaciones a las que no podemos ser indiferentes. A través de sus voluntarios, CADENA llega al corazón de las personas a las que ayuda. Quizas no podremos sacar a la persona de su problema, pero nuestro apoyo emocional, nuestra capacidad de visibilizar su condición en comunidad internacional y sobre todo, el simple hecho de demostrarles que no están solos, hace una enorme diferencia.
Estar en el campo de acción con voluntarios de todas partes del mundo unidos por el mismo ideal ha sido de las experiencias más impresionantes que me ha tocado vivir. Recorrer Colombia, escuchar, de primera fuente, las atrocidades de las que tienen que escapar tantos venezolanos; ver las condiciones —sin agua potable, sin asistencia médica, a merced de las guerrillas y lejos de sus seres queridos—en las que tienen que subsistir y poder colaborar con un granito de arena para aliviar su situación y su dolor es, sin duda, una labor que me ha cambiado la vida y me hace mirarla, ahora, con otros ojos.