Chile se encuentra entre el Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes. Esto lo hace un territorio altamente susceptible a una variedad de fenómenos, entre ellos sismos, incendios, lluvias intensas, deslaves, grandes sequías y erupciones volcánicas. Por otro lado, tiene un gran número de poblaciones vulnerables sin un sistema de protección y de gestión de riesgos apropiados.