Los desastres no esperan
Mientras dos sismos azotaban al país y un huracán devastaba la isla de Puerto Rico, en Tabasco se registró una lluvia de cinco horas que, con 165 milímetros de volumen, fue la más intensa registrada en el país.
ACERCA DE LA MISIÓN
El rio Usumacinta se desbordó. En esta ocasión, el agua subió hasta 70 centímetros, afectando a más de cuatro mil quinientas personas.
Consciente de la necesidad, CADENA se puso en contacto con el departamento de Protección Civil del estado y, el sábado 25 de noviembre, una misión con víveres y despensas para más de 1,000 familias salió rumbo a Villahermosa.

El clima del Golfo era húmedo la siguiente mañana cuando—junto con el Coordinador del Instituto de Protección Civil de Tabasco, Jorge Mier y Terán Suárez—nuestros voluntarios se dirigieron hacia a los pueblos de Jonuta y Balancán, donde los recibieron habitantes del Ejido Esperanza, Tumbo Chinal, Chinal y Corcobado.
“Cuando íbamos de camino a las comunidades nos iban enseñando muchas de las plantaciones que estaban inundadas. Nos contaron que, durante la inundación, ponían costales para que no se les meta agua en las escuelas, en las casas.”
Gad Palatchi, Jefe de misión
Ese día, el camino de ida y vuelta fue de más de dos horas: llegaron a las once de la noche de regreso a Villahermosa.
A pesar de eso, a las seis de la mañana del día siguiente ya estaban en el camión, de camino a la Rancherías Barrial, Guacamayas y Juan Cesar Becerra.“Llegamos a un lugar que se llama Jerusalem Belen, una población de indígenas que no hablaban español, una señora tuvo que traducirnos. » señala la jefa de misión Monica Lewinshon.
